RESEÑA DE LUCÍA CARVALHO

De lo irrepetible, su sentir

Por Lucía Carvalho

 

Mensajes del futuro, tecnologías cada vez más incrustadas en lo cotidiano, santos rotos, gamers profesionales, espejos que se revelan como fotografías, personajes perdidos y muy humanos son algunos de los elementos que más resaltaron durante mi lectura de De lo irrepetible, su sentir, un libro de cuentos sin final o al menos sin finales convencionales. Los nueve cuentos funcionan como backrooms, laberintos interminables de oficinas y ambientes citadinos generados, aparentemente, de forma aleatoria. Camilo nos lleva al campo, nos encierra en cubículos, salas de chat, departamentos habitados por relaciones confusas y diálogos entre personajes tan desesperantes como familiares, en el cuento “El litigante” el autor nos presenta un personaje que no puede evitar hablar en “simpsons” ese fenómeno cultural contemporáneo en el que las frases de Los Simpsons son un referente obligatorio no solo de humor sino de sabiduría popular. Sin embargo, a pesar del uso de referencias tan actuales, el autor nos coloca, por momentos, en un lugar más alejado de empatía y más cerca al morbo, voyeristas de miserias humanas, desde un lente atravesado por la ironía. Un posible hilo conductor de estos cuentos es el sentimiento de extrañeza, las descripciones familiares o reconocibles se distorsionan como por ejemplo en el cuento titulado “Se reparan vírgenes”, donde inmediatamente el nombre del santo nos transporta a otra realidad. Ahora bien, la relación de los cuentos de Camilo con los backrooms se encuentra sobre todo, en la aparente simplicidad de las imágenes que a su vez generan cierto sentimiento de extrañeza y perturbación. Según un usuario anónimo de 4chan, los backrooms son: “seiscientos millones de millas cuadradas de habitaciones vacías segmentadas de manera aleatoria a las que uno atraviesa fuera de la realidad en los lugares y momentos incorrectos”. En “Contemplar el cubículo” una interacción desafortunada se extiende desde la calle hasta la oficina y devela la deshumanización de este espacio en el que la mayoría pasamos gran cantidad de horas de nuestras vidas. Los personajes del cuento, en especial Belizario trata de recuperar algo esa humanidad perdida. En “Chuto niño vi3jo”, se nos presenta un lenguaje de chat muy espontáneo, donde se exploran los alter egos digitales y el contraste con las personas fuera del teclado, porque ya la realidad pasó a extenderse y duplicarse en lo digital. A chuto niño viejo se le abren nuevas posibilidades digitales que en el mundo análogico las dan por descartadas y de hecho, este cuento pareciera un primer capítulo de novela porque la idea de un grupo de gamers viviendo juntos para dedicarse por completo a los videojuegos tiene potencial, además los personajes, solo por sus nombres de usuarios, son bastante intrigantes. Otro aspecto destacable en los nueve cuentos que conforman este libro, es el uso de la historia superficial y la secundaria, en los cuentos se pueden percibir distintas capas y dimensiones de los personajes y lo que las situaciones y circunstancias ocasionan en ellos, un intento constante por volver a sentir.

 

 

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